Ya no es sólo el paraíso de las picadas, el creador del salame más rico y largo del mundo o el lugar donde viajar y traerse unos riquísimos fiambres de souvenir. Tandil vuelve a exportar sus quesos después de 10 años de trámites y esfuerzos.
Esteban Magnasco está exultante. Siente que su padre, Don Atilio, estaría contento con los logros de su antiguo emprendimiento familiar, hoy transformado en la fábrica de Quesos Nro 2 de Tandil.
Don Atilio vuelve a exportar quesos después de 10 años a los Estados Unidos. Hace poco más de 10 días se despacharon por avión rumbo a Miami 700 kilos de provoleta parrillera, un queso semi duro en formato 4 kilos y 300 kilos de provoleta condimentada envasada al vacío en porciones de 300 gramos. Todos los queseros de Tandil -unidos en el Cluster Quesero- tienen claro que este hecho posiciona al destino nuevamente en el mercado internacional junto con muchos otros productos que la Secretaría de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales del Municipio puso en valor en los últimos tiempos. Este es un nuevo logro de muchos años de trámites y esfuerzos mancomunados entre el Municipio y los privados.
Quesos Don Atilio, es un clásico emblemático que logró cumplimentar con los más altos estándares de calidad y los requerimientos de la normativa FSMA (Ley de Modernización de Inocuidad de los Alimentos), de la FDA, agencia estatal de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
Desde la Secretaría de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales, a cargo de Marcela Petrantonio, se resaltó la permanente articulación con el sector privado para la implementación de políticas públicas con el fin de potenciar la industria local y la capacidad de emprender de los empresarios tandilenses.
Pero gran mérito para Don Atilio, fábrica creada por la familia Magnasco con más de 60 años de tradición quesera, que aún con vaivenes económicos supo mantener y mejorar sus normativas de calidad buscando siempre ofrecer un producto de primera línea.
Don Atilio Magnasco comenzó a fabricar sus quesos a la edad de 70 años, poco después de que en 1993 abriera los primeros tambos. Esteban, su hijo y actual titular de la empresa, decidió continuar la historia familiar y hoy la fábrica produce quesos de uso masivo, duros con mayor valor agregado, dulce de leche repostero y heladero y también leche fluida, a lo cual irá incorporando más productos. “La herencia italiana, el clima especial, un pasto fresco todo el año da vacas con alto contenido sólido en la leche, más grasa y proteínas. El resultado es una excelente línea genética que da calidad al producto final”, explica Magnasco. “Nosotros somos una pyme y no hay más de 20 fábricas como nosotros en todo el país autorizados por SENASA para exportar. Eso nos llena de satisfacción”, agrega.
Picaditas de la ciudad
Seguramente uno de los mejores lugares para comer picadas en todo el territorio nacional sea Tandil, donde más de 30 bares y restaurantes tienen a las picadas como especialidad.
En cada rincón de la localidad, cercano a cada atractivo turístico, hay un sitio donde degustar de los mejores salamines y quesos argentos, siempre servidos abundantemente y con gran variedad de opciones.
La Picada Tandilense ofrece seis variedades de fiambres y seis de quesos y lo habitual es que, por su calidad, se la considere un almuerzo o una cena, en especial si uno viaja acompañado o en grupo. A estos 30 lugares se suman las posibilidades de solicitar un delivery y disfrutarlo en el entorno natural que ofrecen cabañas y alojamientos, siempre frente a algún cerro que regala sus paisajes. Se agrega el tema del precio, que es de un promedio muy accesible para cuatro personas.
Los preferidos de las picaditas son los quesos duros tipo pategras o sardo y se destaca el tipo Banquete -por tradición El queso de Tandil-, al cual se suman al menos dos variedades de saborizados. El otro protagonista principal es el salamín picado grueso, creado con antiguas recetas italianas de más de 100 años, así como diversos embutidos secos cuya característica es que combina la carne vacuna con la de cerdo, lo cual le da un sabor muy nuestro.
La gastronomía tandilense ha crecido en propuestas durante los últimos años, basándose en productos producidos localmente. Ya se cumplieron más de 10 años de la denominación de Origen del Salame de Tandil, lo cual sumado a la tradición italiana y española asentada por la inmigración ha transformado al destino es un sitio ideal para la escapada completa del fin de semana a la cual, además de comer y comer, se suman decenas de actividades al aire libre y una intensa movida cultural.