Aunque la mayoría de las veces no nos damos cuenta, lo cierto es que hablar mientras dormimos es algo más frecuente de lo que pensamos. Se conoce como somniloquía y es un trastorno de la conducta durante el sueño que afecta a un 80% de niños y adolescentes, reduciéndose un poco el número de personas adultas que lo sufren.
En realidad no se trata de un problema médico ni reviste complicaciones para la salud a no ser que vaya acompañado de otros síntomas durante el día como estrés o ansiedad, o de algún otro trastorno del sueño como el sonambulismo.
Generalmente cuando dormimos, las cuerdas vocales permanecen inactivas, pero si en algún momento se activan es cuando aparece la somniloquía y empezamos a hablar de forma inconsciente. A menudo se trata únicamente de sonidos irreconocibles y que duran unos segundos, pero otras veces podemos mantener auténticas conversaciones o monólogos, según el caso. Porque lo que hablamos de dormidos suele guardar relación con el sueño que estamos teniendo en ese momento.
Aunque la somniloquía no ha sido muy estudiada por no tratarse de un problema para la salud, los expertos aseguran que lo que decimos en sueños no tiene ninguna importancia y en ningún caso se trata de exponer nuestro subconsciente a nuestro compañero de cama, que es lo que mucha gente piensa y que deriva en muchos problemas de pareja.
Qué decimos cuando hablamos dormidos
Y es que la somniloquía ha generado más de un malentendido en las parejas. No sólo por lo que uno pueda decir de dormido, sino porque se trata de una situación molesta que puede impedir el descanso de quien está a nuestro lado tanto como los ronquidos. Por si no fuera poco que la verborrea nocturna de otra persona no te deje dormir, a veces las inconveniencias que decimos dormidas provocan situaciones embarazosas.
Pronunciar el nombre de otra persona mientras dormimos es el número uno de los motivos de discusión a la mañana siguiente. Por más que intentemos explicar que nosotras no somos responsables de lo que soñamos ni de lo que decimos en sueños, nuestra pareja no puede evitar levantar un muro de suspicacia y los celos hacen su aparición.
Sin embargo, hay que dejar bien claro que el contendido de nuestros discursos nocturnos no refleja nuestros deseos más ocultos. Porque decir que la somniloquía es un acto inconsciente lleva a mucha gente al error de considerarlo como la expresión de lo que no nos atrevemos a decir de forma consciente. Ni mucho menos.