Un sencillo marcador clínico permite anticiparse 5 años al diagnóstico de síndrome metabólico para prevenir infarto

El cociente entre triglicéridos en sangre y el colesterol “bueno” o HDL es un importante marcador de resistencia a la insulina y permite al médico de atención primaria reforzar las medidas para prevenir infartos y muerte por causa cardiovascular, aseguran especialistas que presentaron trabajos en el XXIII Congreso Argentino de Hipertensión Arterial.

El cociente entre el nivel de triglicéridos en sangre y el colesterol “bueno” o HDL se ha revelado como un buen predictor del síndrome de resistencia a la insulina, que es la principal causa de los trastornos metabólicos que conllevan al riesgo cardiovascular. El doctor Martín Salazar, especialista de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) reveló que“con la ayuda de esa simple relación entre dos datos (que pueden obtenerse con un sencillo examen clínico de laboratorio) es posible tomar medidas de prevención primaria primordial capaces de reducir notablemente el riesgo de infarto, ACV y muerte por enfermedad cardiovascular, adelantándose cinco años al diagnóstico del síndrome metabólico.”
Se considera que una persona padece síndrome metabólico cuando reúne al menos tres de los siguientes cinco factores de riesgo: hipertensión arterial, glucosa alta, triglicéridos altos, bajos niveles de colesterol HDL, que tiene un efecto protector del sistema vascular, y exceso de masa grasa en el perímetro de la cintura.
El doctor Salazar explicó en el marco del XXIII Congreso Argentino de Hipertensión Arterial que “cuando el paciente llega a ese diagnóstico de síndrome metabólico es porque previamente ha venido acumulando factores causantes de resistencia a la insulina.” Y que una serie de estudios realizados en la Argentina y en el exterior –publicados a lo largo de los últimos dos años– confirman que el cociente triglicéridos-HDL permite dar cuenta de ese trastorno metabólico con mayor antelación y de manera más sencilla. Esto le permite al médico tratante indicar cambios en la dieta y en el estilo de vida del paciente (básicamente, la realización de actividad física) para revertir la relación entre masa muscular y masa grasa en su organismo.
Según explicó en el Congreso el doctor Walter Espeche, “a medida que la masa grasa del organismo aumenta respecto de la masa muscular, se va produciendo el fenómeno de resistencia a la insulina, que implica que el organismo requiere cada vez más de esta hormona segregada por el páncreas para lograr la misma función regulatoria de la glucosa, la cual como consecuencia se hace deficiente.”
Cuando el cociente entre triglicéridos y HDL supera los valores de 3,5 en el varón y de 2,5 en las mujeres –que son los valores de corte para una población como la Argentina, calculados en base a estudios poblacionales realizados en las localidades de Rauch y San Andrés de Giles–, eso indica que el proceso de resistencia a la insulina ya está presentey el paciente, aun cuando se trata de una persona considerada sana, verá notablemente incrementado su riesgo cardiovascular. Y en este sentido, señalaron los especialistas, las medidas de dieta sana y ejercicio regular, que tienden a reforzar la presencia de masa muscular respecto de la grasa, se han mostrado más eficaces que las terapias farmacológicas a la hora de reducir el riesgo en la población sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.
«El diagnóstico temprano del síndrome metabólico es un gran desafío clínico para la prevención de las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por infarto y acv – señaló por su parte el doctor José Alfie, presidente del comité científico del congreso-. a través del cociente entre triglicéridos y colesterol HDL, estos especialistas Proponen una versión simplificada que permite detectar el trastorno metabólico con antelación y establecer medidas tempranas de prevención primordial».
 

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