La actriz argentina presta su voz en “Santuario”, una producción de la ONG Generación Vegana,
que reflexiona sobre la importancia del amor para proteger a los animales humanos y los no
humanos.
Desde las de soja o avena, hasta las de almendras, arroz o coco, la diversidad de leches vegetales
es amplia y se pronostica que su valor en el mercado mundial alcance los 35 mil 373.72 millones
de dólares en 2032. Con el objetivo de acelerar la transición del consumo de lácteos de origen
animal a aquellas alternativas a base de plantas, este mes se celebra el Día Mundial de la Leche
Vegetal.
A propósito de esta efeméride, la actriz Marcela Kloosterboer, quien practica el vegetarianismo
desde los 8 años y además es adepta al veganismo, presta su voz para la narración en español del
corto animado “Santuario”, una producción de Generación Vegana, asociación sin ánimo de lucro
dedicada a educar sobre los beneficios medioambientales, éticos, personales y de salud pública de
adoptar un estilo de vida vegano.
“Para mí el mensaje principal del corto Santuario es poder acercar a la gente al animal a su vida
diaria, los animales que la gente está acostumbrada a comer o a tratar como objetos que
simplemente van y los compran en una góndola del supermercado y los comen y los disocian
totalmente de su perro, de su gato”.
El corto, que es apto para verse en familia, se estrenará a nivel mundial el jueves 22 de agosto de
2024 en las plataformas de YouTube de Generación Vegana.
Kloosterboer se une a la lista de mujeres celebridades como Evanna Lynch, Xuxa Meneghel y
Sneha Ullal que han prestado su voz para las versiones de “Santuario” en inglés, portugués e
hindi, respectivamente.
“El mensaje es que el animal siente, siente miedo, siente pánico cuando lo están llevando al
matadero, sienten el instinto por defender a sus crías como lo sentimos las mujeres con nuestros
hijos, sienten toda esa revolución en su cuerpo cuando están a punto de parir, sienten terror,
entonces el mensaje es poder empatizar un poco con los animales y no solo con el perrito que ves
en la calle y te da lástima, sino también a partir de la mirada de un animal que está yendo al
matadero a ser asesinado.”
El grave impacto de la industria láctea
Tanto a nivel industrial como para la salud y el medioambiente, el impacto ambiental de la industria
láctea es alarmante:
Los desechos de una granja lechera de 2.500 vacas equivalen a los desechos de una
ciudad de 411.000 habitantes.
Se requieren 3785 litros de agua para producir cerca de 4 litros de leche de vaca.
La ganadería constituye una cuarta parte de la huella hídrica mundial, el 19% de ella
proviene de la explotación de las vacas para la producción de leche.
Del 10 al 20 por ciento de vacas que son enviadas al matadero en la industria de la leche
están embarazadas.
1 de cada 6 litros de leche producida a nivel mundial se pierde o desperdicia (esto equivale
a 128 millones de toneladas anuales). Sin embargo, la producción de leche aumentó en un
6% entre 2014-2018.
La producción de leche cruda constituye el 38% de los gases de efecto invernadero (GEI)
producidos por las emisiones entéricas.
Las vacas no producen leche de forma natural. Como todos los mamíferos, primero deben
quedar embarazadas y la leche materna que producen sus cuerpos está destinada a
alimentar a sus crías. Para asegurar una producción casi constante, las vacas de granja
son embarazadas repetidamente mediante inseminación artificial. Se crían de forma
selectiva para obtener una producción de leche óptima, a pesar del costo que esto supone
para los animales: las ubres dolorosamente distendidas, las infecciones de los pezones y
la cojera son comunes en las granjas lecheras modernas. Los animales jóvenes son
separados de sus madres poco después del nacimiento para que no beban ese valioso
líquido. Tanto la madre como la cría lloran durante días por esta devastadora separación,
como cualquier madre e hijo harían.
Para conocer más sobre veganismo, visita https://genv.org/es/