Esta magnífica herramienta, a la que muchos llaman mapa de vida, carta de navegación, la partitura que suena con tu música , todas metáforas que amo y con las que resueno profundamente, nos ayuda a entender mucho de lo que vivimos, de cómo somos, y qué eventos atravesamos.
La carta natal nos da una cantidad de información, que en primer lugar, nos permite alcanzar cierta comprensión de por qué somos de un modo u otro.
Por qué algunas personas son extrovertidas, ansiosas, calladas, y un sinfín de cualidades o características más que nos definen. Generalmente, quienes leemos este lenguaje, podemos detectar estas energías predominantes en una Carta.
La Carta Natal, se compone de dos estructuras fundamentales.
Una de ellas es la estática o matriz. Esa carta, conforma la estructura en torno a la cual nos vamos a mover con la segunda estructura. La Carta dinámica.
La Carta estática es la carta que no se mueve jamás. Es la que nos muestra nuestras energías, como si sacáramos una foto del cielo en el momento en que nacemos. Este mandala, que va a indicar si sos de Escorpio, con luna en Piscis y ascendente en Sagitario, se desprende de tus datos de nacimiento: fecha, hora y lugar, y nunca sufre modificaciones.
Pero, la carta dinámica, es la que se trabaja a lo largo de la vida, en cada consulta astrológica que puedas realizar. Porque vamos a mirar en tu Carta, cómo se van desplegando los planetas en el cielo. Al girar, se van formando distintos aspectos, y van tocando puntos de nuestra carta matriz, o planetas natales, que nos van marcando distintos momentos de la vida.
Algunos de esos momentos, van a ser generales. Como el segundo retorno de Júpiter, el segundo retorno de Saturno, la oposición Urano Urano. A todos nos sucede más o menos alrededor de los 24; 28/29; de los 41/43 años, cada uno de estos retornos. Revisen su historia. ¿A muchos de ustedes no les pasó algo que marcó una diferencia, generalmente iniciática, alrededor de los 24 años? ¿No sintieron un nuevo comienzo, o una determinada vivencia que comenzó a dar una nueva estructura a sus vidas alrededor de los 28/29? ¿O no tuvieron una crisis importante o una vivencia muy inesperada alrededor de los 42 años?.
Fuera de estos tránsitos que todos vivenciamos, habrá otros absolutamente individuales. Esos momentos estarán marcados por nuestras progresiones, nuestra fase del Ciclo Sol Luna, y por supuesto, por nuestros tránsitos. Mi maestra siempre dice: “Somos nuestros tránsitos”. Sí, es verdad, entre otras cosas.
Es decir, somos todo aquello que es dinámico en el Universo, y que va tocando nuestra carta natal estática.
Hoy que tanto se escucha hablar de este lenguaje, escuchamos que hace unos días la luna estaba en piscis. Que hasta el 7 de octubre Venus estará en Escorpio. Escuchamos que Marte y Mercurio están en Libra. Y que hay muchos planetas retrógrados.
Eso significa que todos los niños que nacieron en estos días, van a tener esas posiciones en su carta natal. Eso será para siempre. Eso va a definir sus personalidades.
Y ustedes me preguntaran ¿eso hace que todos sean iguales, que tengan las mismas vivencias?
La respuesta es no. Porque hay que tener en cuenta cual es el entramado de energías al cual pertenecen. Es decir, su entorno. Y cuando tenemos un mapa, las rutas pueden ser varias. Esa elección, la de la ruta que elijas en este mapa, será única, individual, y tiene que ver con el libre albedrío.
También es posible, que esas personas que tienen la misma carta, tengan aspectos más en luz que otros y viceversa. Existirá quien se sienta más identificado con su Neptuno, y quien lo haga más con su Sol. Y allí se pone en juego la labor del Astrólogo. Porque las energías tienen que integrarse para que el desarrollo de esa persona sea equilibrado. Para que los aprendizajes y propósitos que están en nuestra Carta puedan ser desplegados.
También será labor del Astrólogo, contarles cómo están aspectados los planetas en tu carta madre. Esas rayas que cruzan el círculo interior, en rojos azules y verdes, nos están contando cómo se relacionan los planetas entre sí, y qué característica le dará a tu personalidad ese entramado.
Por eso, la experiencia de abordar una Carta Natal es tan personal. Y tiene que ver con el ciclo de vida que estés viviendo. Con la evolución que hayas realizado a lo largo de la misma.
Es una herramienta que te permite reconocer en vos, cosas que tal vez te haya costado entender, identificar o hayas negado sin quererlo. Es como abrir una caja de Pandora, que nos comunica con el misterio de nuestro ser. Con nuestra identidad más profunda.
Por eso, si resonás con estos Lenguajes Ancestrales y Sagrados, que hoy tienen su nueva iluminación, un resurgimiento, una nueva escucha entre la gente y sobre todo un nuevo abordaje, bastante alejado de lo predictivo y mucho más relacionado con lo evolutivo, permitite la experiencia. Es intransferible y sorprendente.
Por Analía Morana, astróloga y tarotista
@izar.astro