Con música de compositores argentinos: Alberto Williams, Carlos Guastavino, Alberto Ginastera y Juan Manuel Abras.
El disco de la pianista Natalia González Figueroa, Homeland, cuya traducción al castellano sería “tierra natal”, propone un recorrido por los paisajes sonoros argentinos desde el siglo XX hasta la actualidad, a través de algunos de sus compositores más significativos, por lo menos en cuanto a lo que la estética “nacionalista” se refiere.
El viaje comienza con el “impresionismo” folklórico de Alberto Williams, el cual se percibe ya desde los títulos sugerente de su “Poema de la quebrada” estructurada en tres movimientos.
El ya inconfundible lirismo del santafesino Carlos Guastavino puede ser apreciado en sus Tres sonatinas del año 1949 escritas en Londres.
Avanzando en el tiempo llegamos al “Nacionalismo subjetivo” de Alberto Ginastera, en el que los elementos folklóricos se ven acompañados de grandes disonancias y ritmos enérgicos, en su Sonata Nº 1 dividida en 4 movimientos.
El disco finaliza con un visión más actual del folklore nacional: la “Chacarera endebussyada” del compositor Manuel Abras, que en palabras del reconocido director y compositor Lucio Bruno Videla, “yuxtapone una selección de elementos musicales de las especies líricas y coreográficas de origen popular local (chacarera y baguala), y las somete a recursos musicales – en este caso de estética francesa – apoyando una interculturalidad de larguísima data entre Francia y la Argentina”.
La interpretación de Natalia es impecable, llena de potencia, virtuosismo y energía pero también de variedad de matices y sutilezas que hacen de este disco una verdadera joya de de la discografía argentina para piano.