Cuentos morales

El estreno de Los oportunistas -la nueva película de Paolo Genovese, el creador de ese éxito global que fue Perfectos desconocidos– es una excusa inmejorable para revisar la poderosa tradición de series, libros y películas que proponen un conjunto de relatos corales acerca de personajes atrapados en una misma encrucijada moral: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar con tal de conseguir lo que queremos? De La dimensión desconocida a YouTube pasando por Stephen King, la narrativa del desafío ético en tiempos de Black Mirror.
No sabemos quién es ni para quién trabaja. Aunque imparte instrucciones con seguridad y sin dejarse doblegar nunca, tiene un aire cansado, como de resignación. Podría ser un asistente del diablo, o el diablo mismo, decepcionado por la humanidad. Acaso sea simplemente un hombre común, que desde su oficina –una mesa al fondo en un restaurante llamado The Place—convence a los clientes, a los que recibe casi sin pausa, uno tras otro, de que en él reside el poder de conceder sus deseos más íntimos, profundos y hasta desesperados. La pregunta, la que se nos hace desde la pantalla, es por supuesto hasta dónde llegarían estas personas para conseguir lo que buscan. Hay un hombre que debe matar a una niña –la hija de otro hombre—para salvar a su pequeño hijo de una enfermedad mortal. Una mujer mayor que debe detonar una bomba en un lugar público para rescatar a su anciano marido de las garras del Alzheimer. Una monja que debe embarazarse para reencontrarse con Dios. Un invidente que debe cometer una violación para poder ver.
En principio, no hay nada sobrenatural que ocurra de modo fehaciente ante nuestros ojos; lo que atestiguamos es el poder de creer y de hacer creer y temer. En este sentido es que el hombre misterioso que recibe a los otros en Los oportunistas, la nueva película del director italiano Paolo Genovese –que viene de tener un éxito mundial con Perfectos desconocidos, adaptado ya por Alex de la Iglesia para el cine español y por Guillermo Francella para el teatro argentino–, puede que no sea necesariamente un ser de otro mundo. Cada milagro y catástrofe que pronuncia adquiere entonces el peso de una alegoría moral, de una desventura ética. Un poco como ocurría en la serie americana TheBooth at theEnd (algo así como “La cabina del fondo”), en la que se basa de modo directo, y como ocurrió, episodio a episodio durante cinco años, en la extraordinaria serie de antología La dimensión desconocida, de RodSerling, que inspiró a TheBooth.
Y es que La dimensión desconocida, como TheBooth, forman parte directa del largo linaje de historias que lindan en lo fantástico, tradición a la que que pertenece Los oportunistas, sin terminar de zambullirse nunca del todo en el género, si no que planteándose premisas morales y filosóficas que buscan interpelarnos de manera directa: ¿qué haríamos nosotros si nos encontráramos en el lugar de los protagonistas?
A continuación, cinco series y películas (y otros contenidos) con propuestas afines a las de Los oportunistas, al mejor estilo “si te gustó la nueva de Paolo Genovese, también te va a gustar…”-
1. The Booth at the End. OK: esta es la serie que sirvió de base directa para Los oportunistas. Creada hace ocho años por Christopher Kubasik, “el cubículo al fondo” fue diseñada como una serie web de solo cinco episodios al principio (luego tuvo una segunda temporada), inspirada en una tradición literaria que se remonta a Nathaniel Hawthorne, y de la que, dice su autor, hoy Stephen King encarna la versión contemporánea. “Un tipo de relato en el que uno pone cosas inmorales en el centro para señalar las elecciones, los temas éticos y las complejidades”, dice Kubasik. “En esa tradición trabajaba también, por supuesto, RodSerling…”
2. La dimensión desconocida, la creación más conocida de Serling fue uno de los programas más originales de los años 60 pero tuvo múltiples encarnaciones televisivas, en los 80 –década en la que también tuvo una versión para cine, coproducida por Steven Spielberg y conocida acá como Al filo de la realidad— y en los 90, y pronto conocerá una nueva. Entre los episodios más celebrados de la remake ochentosa de esta serie de culto se encuentra “Botón, botón”, basado en un relato de Richard Matheson, que es el modelo perfecto para el tipo de cuento moral que propone Los oportunistas.
3. La caja mortal (The Box), que es como se llamó acá la película de Richard Kelly, está basada en el mismo cuento de Matheson publicado originalmente en la revista Playboy en 1970. La premisa es irresistible: un matrimonio en aprietos económicos (interpretado en el film por Cameron Diaz y James Marsden)recibe la visita de un hombre misterioso que les deja una caja con un botón. Si aprietan el botón recibirán mucho dinero, pero alguien a quien desconocen, en algún lugar, morirá. ¿Es posible abstraerse del daño que se inflige a otros simplemente porque no los conocemos?
4. La tienda de los deseos malditos. La película de 1993 (dirigida por FraserHeston y protagonizada por Max Von Sydow) basada en el libro NeedfulThings de Stephen King, es un caso clásico de relato moral sobrenatural. Un hombre monta un local de productos raros y valiosos en un pequeño pueblo. El precio monetario de estos objetos –que a veces tienen poderes mágicos, tales como el de curar dolores corporales— es menor, pero no así su costo moral, que suele consistir en jugarle bromas pesadas, de alcances insospechados, a los vecinos.
5. Los retos de YouTube. Un furor entre el público de nuevas generaciones, los desafíos que proponen muchos youtubers bordan el sadismo. Con consignas tales como “¿Qué prefieres: ¿matar a tu mejor amigo o que tu mejor amigo te mate?” propone un juego siniestro que apela al mismo instinto de supervivencia y sentimientos funestos afines a los que se dirigen buena parte de los relatos clásicos citados. No apto para chicos en edad formativa, son estos sin embargo sus principales espectadores.

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