Alivia las digestiones pesadas, previene la acidez y reduce los gases. Pero, además, el laurel sirve para tratar afecciones del aparato respiratorio, es diurético, y hasta se emplea para elaborar productos cosméticos.
Se trata de un árbol de gran tamaño, de tronco grisáceo y hoja perenne que suele medir hasta 9 metros de altura. Se caracteriza por sus hojas gruesas y elípticas, brillantes y de color azul verdoso, así como por sus flores amarillentas, las cuales despiden un agradable aroma.
Debido a sus cualidades aromáticas, el laurel ha sido muy apreciado en diferentes industrias, muy especialmente en la culinaria, donde se le emplea como especia o condimento, para lo cual es necesario llevar a cabo el secado de sus hojas que, de no ser sometidas a dicho proceso, podrían resultar tóxicas.
Además, el laurel es fuente importante de antioxidantes y de minerales como el potasio, el hierro, el fósforo, el sodio, el calcio y el magnesio, además de contener vitaminas A, B1, B2, B3, B12 y C.
En cuanto a las propiedades que se le atribuyen al laurel, encontramos que esta hierba posee las siguientes:
Antiinflamatorias: gracias a su contenido de eugenol el laurel ayuda a reducir la inflamación y a relajar los músculos.
Ansiolíticas: las hojas de laurel poseen un efecto tranquilizante, tanto para la mente como para el cuerpo, especialmente cuando sus hojas se queman.
Vasoconstrictoras: el laurel ayuda a mejorar la circulación de la sangre y beneficia al sistema nervioso, por lo que resulta ideal para tratar migrañas y cefaleas.
Potenciador del sistema inmune: al ser una fuente de antioxidantes, el laurel ayuda a incrementar las defensas y a proteger al organismo contra agentes externos dañinos.
Expectorantes: el laurel funciona como un remedio natural para despejar las vías respiratorias frente a gripes y catarros, e incluso ayuda a tratar problemas de alergias y de asma, promoviendo una buena respiración.
Humectantes: en vista de que el laurel posee un aceite rico en antioxidantes, vitaminas y minerales, su uso tópico puede favorecer la apariencia de la piel.
Antimicrobianas: el laurel ayuda a desinfectar ya a eliminar bacterias, previniendo posibles enfermedades e infecciones.
Las asombrosas propiedades que posee han hecho del laurel una hierba muy valorada en el campo de la medicina natural, ayudando en el tratamiento de múltiples dolencias.
Por lo general, se le utiliza para tratar problemas estomacales, tales como indigestión, cólicos y pérdida de apetito, para lo cual se aconseja incorporarlo a las comidas o beber una infusión de sus hojas.
De igual manera, ayuda a relajar los músculos y a aliviar el dolor por inflamación, esto si se aplica su aceite sobre la piel y se dan suaves masajes.
Por otra parte, puede ayudar a reducir el estrés y a calmar la ansiedad, si se aspira el aroma de sus hojas e incluso de su aceite esencial.
Promueve una mejor digestión, aliviando la acidez y los espasmos intestinales.
Ayuda a tratar la gripe, la tos, la bronquitis y otras enfermedades asociadas al sistema respiratorio.
Sirve en el tratamiento contra la arteriosclerosis.
Mejora la circulación de la sangre.
Ayuda a aliviar la inflamación, tanto de los músculos como de las articulaciones.
Calma los dolores menstruales, reduce el sangrado en los periodos demasiado abundantes y promueve el mismo en aquellos periodos que son escasos.
Actúa como diurético, eliminando la retención de líquidos.
Colabora en el tratamiento de enfermedades de la piel causadas por hongos, así como en la cicatrización de heridas por golpes, acné, úlceras y quemaduras.
Tiene una acción antibacteriana que ayuda a desinfectar y elimina las bacterias.
Ayuda a calmar la ansiedad y el estrés.
Promueve el crecimiento del cabello y elimina la caspa y la seborrea.