La industria del entretenimiento post pandemia

Teatros, cines y shows en vivo en general fueron dejados para el final en los planes de reapertura pero, ¿qué es el vivo? Gracias a la virtualidad la frontera entre lo presencial y lo remoto se diluye cada vez más. El summum del concepto phygital (físico y digital a la vez) es ver una obra de teatro en la que los actores están en vivo a través de la compu, como propone desde hace años la plataforma Teatrix. La pandemia empujó a todos los espectáculos a migrar a esta lógica de golpe, haciendo que tanto espectadores como artistas tengan que adaptarse.

Luego de unos cuantos meses de vivos de Instagram, quizás ya un poco cansados, nos preguntamos cuánto de esto quedará y cómo se reinventará la industria de los espectáculos. La afluencia de personas físicas será, sin dudas, menor a la situación pre-pandemia. Se habla de una butaca cada tres en cines y teatros, de pocas personas por metro cuadrado en recitales y, todavía, no se sabe qué sucederá en estadios de fútbol. Sin embargo, esta situación llevó a algo por demás interesante: la posibilidad de que el vivo se vincule más con coincidir en tiempo que en espacio. Algo que a primera vista parece incómodo o nuevo, pero en realidad es como siempre fueron, por ejemplo, los partidos de fútbol: miles de personas en el estadio y millones viendo por TV, o, si nos vamos más atrás en el tiempo, por radio. Tanta novedad, después de todo, no parece haber.

Es distinto, quizás, en situaciones de música donde la calidad de los equipos y el ambiente generan un viaje de sentidos más allá de la performance de un grupo de jugadores de fútbol. Acá la pandemia dio luz a un espacio de posibilidades interesantes. Por un lado, los artistas, quizás un poco alejados de la tecnología y con esa necesidad de sentir a su público, acostumbrándose a interactuar en plataformas de streaming. Recitales en vivo como hizo hace unos días Pedro Aznar con motivo de su cumpleñaos, ponen de manifiesto que la necesidad -y el gusto- por escuchar un show en exclusiva, sigue estando vigente y, de alguna manera, sigue siendo negocio. Por otro la posibilidad de llegar hasta donde antes no llegaban, estamos todos igual de lejos -o cerca-, pues es una cuestión de tiempo. Al recital que va a dar Nito Mestre el próximo viernes van a tener la oportunidad de asistir tanto los que viven en Buenos Aires como los que viven en Viedma o en Madrid, extendiendo el alcance de público sin fronteras, y, también, extendiendo la oportunidad comercial que antes no era aprovechada.

Cuando reabran los centros de entretenimiento el público se dividirá en dos: los presenciales, que pagarán un poco más por la cercanía física y por la calidad de audio; y los virtuales, que estarán dispuestos a pagar por la exclusividad del vivo, como quién paga el abono del pack de fútbol. Quizás surjan plataformas tipo Spotify pero para música en vivo y hasta curadores que ayuden al público a encontrar lo que les gusta en un futuro donde artistas de todo el mundo streameen sus recitales. Extendiéndose en el tiempo, los que no lleguen a los vivos físicos por cuestiones de distancia o hasta por alguna incapacidad física -el futuro también es más inclusivo-, mejorarán sus interfaces de interacción (parlantes, pantallas, y hasta algún casco de realidad virtual), que les permitirá disfrutar de los rituales phygital de una manera cada vez más completa.

Usando como disparadora una pregunta incómoda sobre la interacción entre espectadores y artistas en el futuro, la metodología de diseño de futuros nos puede llevar a profundizar en el tema encontrando riesgos y oportunidades para estar preparados para lo que viene. En este caso, proponemos un escenario donde el long tail llega al vivo, extendiendo el alcance sin perder la intimidad del espectáculo.

Ambos autores han estudiado en el Institute for the future ubicado en Palo Alto, California. Son los representantes en América Latina de esta metodología denominada diseño de futuros que puede aplicar para pymes, empresas, emprendedores, gobiernos, etc.

A través de 10 pasos en donde detectan señales que da el presente sin que nos demos cuenta, pueden diseñar distintos escenarios alternativos que sucederán en el futuro, incluso los que consideramos los más improbables.

Ambos autores han estudiado en el Institute for the future ubicado en Palo Alto, California. Son los representantes en América Latina de esta metodología denominada diseño de futuros que puede aplicar para pymes, empresas, emprendedores, gobiernos, etc.

A través de 10 pasos en donde detectan señales que da el presente sin que nos demos cuenta, pueden diseñar distintos escenarios alternativos que sucederán en el futuro, incluso los que consideramos los más improbables.

Alejandro Repetto y Enrique Cortés Funes presentan “Diseño de futuros para transformar el presente”, un libro para aprender a extenderse en el tiempo y la tecnología para anticiparse a las disrupciones de nuestra era.

Los autores han estudiado en el Institute for the Future, un think tank sin fines de lucro ubicado en Palo Alto, California, que tiene como objetivo ayudar a las personas y organizaciones a desarrollar el pensamiento estratégico en base a la planificación de futuros.

¿Cómo va a cambiar el mundo el día después de la pandemia? ¿Qué señales surgieron e iluminan nuevos futuros? Cuando la realidad nos muestra su costado más cruel, hablar del mañana no debería ser una blasfemia inoportuna, sino el antídoto capaz de garantizar una salida estable y sustentable” (Prólogo)

El futuro no es algo que nos sucede en forma irremediable sino que es una construcción que nos convoca a ser protagonistas proactivos de nuestra propia historia. Este libro es un llamado a pensar, pero sobre todo es un elogio al hacer, acá y ahora. Los autores entienden que la acción es parte necesaria e indisoluble del pensamiento estratégico y la proyección a futuro.

El diseño de futuros ayuda a crear escenarios consistentes, plausibles y desafiantes para que las decisiones que vamos a tomar hoy no sean meros parches; y también para evitar que ciertas situaciones no contempladas que generan estrés, temor y ansiedad, no nos tomen desprevenidos.

Alejandro y Enrique promueven la práctica diseño de futuros, o foresight en inglés, una metodología que guía a las personas a crear y evaluar su propio destino para tomar mejores decisiones en el presente. Son diez desafíos que retan a pasar de la incertidumbre que genera preguntas punzantes a formular un plan de acción concreto para empezar hoy mismo a darle forma al mañana. El principal objetivo es prepararse para enfrentar coyunturas cambiantes e inestables y aún así mantener el control de las situaciones.

Podes descargarlo aca http://www.extendidos.com/libro/

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